Como profesionales especializados en psicología infantil sabemos cuánta confusión e incertidumbre puede crear a padres y profesionales de la enseñanza enfrentarse a un pequeño diagnosticado con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad o sin ella. 

El primer consejo que podemos ofrecer es sin duda contar con un psicólogo especializado en el déficit de atención.

 

¿Cuál es la sintomatología predominante?

 

Aunque cada persona puede manifestar los síntomas de manera muy diferente, tanto en la infancia como en la edad adulta, si podemos hablar de tres síntomas comunes que además pueden darse de manera conjunta o independiente: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. 

 

El primero de ellos, la falta de atención, quizá sea el más complicado de observar en la edad infantil ya que no es raro que los más pequeños tengan ciertas dificultades de concentración propias de su deseo innato por experimentar, investigar y aprender, es por eso que se percibe con mayor claridad cuando alcanzan la edad escolar, es entonces cuando tiene dificultades para acabar las tareas, para seguir órdenes, le cuesta prestar atención de manera prolongada o se distrae fácilmente.

 

En cuanto a la hiperactividad, que recordemos no tiene por qué acompañar al propio trastorno por déficit de atención, se observan actitudes o comportamientos en los que le cuesta permanecer quieto, no les resulta fácil relajarse, habla en exceso o cambia a menudo de actividad pero por norma general no finaliza ninguna de ellas. 

 

La impulsividad por su parte podemos reconocerla en el predominio de conductas en las que le cuesta esperar su turno, interrumpe de manera reiterada, es impaciente, responde de manera espontánea y con cierta prepotencia o no piensa antes de actuar. 

 

No todo tiene que ser TDAH

 

Es importante tener en cuenta que, sobre todo en los niños, no todo lo que podemos pensar que es TDAH lo es, puesto que es normal que los más pequeños sean impulsivos, “no paren quietos” o no nos presten toda la atención que deseamos, son comportamientos propios del desarrollo. 

 

En muchas ocasiones el TDAH se diagnostica sin ayuda profesional o por el contrario se descarta su existencia privando al pequeño de la ayuda especializada que necesita, aludiendo que se portan mal, que son desobedientes, que no hacen caso o que están mal educados.

Es importante tener en cuenta que es imprescindible observar y estudiar sus conductas y si estas se producen en el ámbito escolar, social y familiar, para lo que se hace imprescindible la colaboración del centro educativo, de la familia y de un psicólogo especializado en el déficit de atención. 

 

Si necesitas de esa ayuda especializada no dudes contar con nosotros en Terapias Adelante.