Un niño debe conseguir diferentes objetivos relacionados con el desarrollo en función de la etapa de vida en la que se encuentra. Pero no siempre es así. No obstante, ¡mucho ojo! Esto no quiere decir que necesite recibir cuidados especializados. Para determinarlo, es condición imprescindible la participación de un psicólogo infantil en Fuenlabrada .
¿Qué puede indicarnos que nuestro hijo necesita atención temprana? En esta entrada detallamos todo lo que un niño ha de poder conseguir en sus primeras fases de vida.
Primera etapa de atención temprana (0 a 6 meses)
Existen una serie de logros a nivel motriz y cognitivo que el pequeño debe poder alcanzar durante la primera etapa de atención temprana. Esta va de los 0 a los 6 meses, donde un psicólogo infantil en Fuenlabrada y otros profesionales médicos van a medir si su capacidad para socializar, comunicarse o jugar está dentro de los parámetros normales.
Por ejemplo, si el niño no puede sonreír a determinados estímulos, aguantar la cabeza al estar sentado o jugar con sus manos y pies, puede que necesite atención temprana.
Segunda etapa de atención temprana (6 a 12 meses)
Durante la segunda etapa de atención temprana, que comprende de los 6 a los 12 meses, el niño puede, a nivel motriz, sentarse sin apoyos, gatear, ponerse de pie con ayuda, dar palmadas o taparse la cara.
A nivel cognitivo, ha de ser capaz de pasarse objetos de mano a mano, imitar gestos, responder a su nombre o reaccionar al “no”.
Tercera etapa de atención temprana (12 a 24 meses)
En esta etapa, los retos del niño se centran en señalar partes del cuerpo, comprender y distinguir palabras, imitar a otros niños, entregar e identificar objetos, así como ponerse de pie y caminar solo. Cumplidos los 24 meses, ya garabatean con cierto sentido, construyen torres, corren o imitan objetos con los juguetes.
Cuarta etapa de atención temprana (24 a 30 meses)
Entre los 24 y 30 meses su desarrollo motriz va a permitir al niño saltar, ponerse de cuclillas o caminar hacia atrás o pasar páginas de un libro con facilidad.
A nivel cognitivo, debe obedecer y prestar atención a sus educadores, pero también asumir roles en juegos (jugar a papás y mamás), o comprender y crear frases complejas.
Quinta etapa de atención temprana (30 a 36 meses)
En esta última etapa, el pequeño ya puede correr sin caerse, sostener un lápiz con seguridad o hacer bolas con plastilina. Pero también debe saber demandar atención, expresar y entender sentimientos, cantar, bailar y responder a preguntas.
Estas son solo algunas de las claves en las que va a centrarse un psicólogo infantil en Fuenlabrada para saber si el niño va a necesitar o no atención temprana.
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